Dibujando moda

           Dibujar figurines es una de mis aficiones. Me atrajo desde muy joven y pasaba horas dibujando sin haber recibido formación específica, aunque sí, al menos, las clases de plástica y dibujo en secundaria.

           Entonces, comencé a ojear revistas de moda como Telva o Vogue. Me encontraba de vez en cuando con dibujos, aunque la fotografía había ganado mucho terreno a la ilustración. La mayoría me las regaló una amiga de mi madre y las tenía como tesoros. Me daba cuenta de que la ilustración de moda era mucho más relevante de lo que parece. 

           Sin embargo hoy en día, las revistas de moda ya no tienen la función de ilustrar figurines para las modistas y modistos, tampoco son un lienzo para los dibujantes. Estos aportaban tanto amor a la industria como para centrar su obra en ilustrar prendas de ropa. Creo que habría que volver a contar con ellas porque la ilustración de moda es una forma de expresión artística que forma parte de la cadena de producción de una prenda y puede ser esencial en su promoción.

           El escenario de la ilustración de moda actual está mayoritariamente en los eventos, en los desfiles de moda. Algunas firmas se sirven de ilustradores que dibujan en vivo, como una forma de hacer marketing. No solo dibujan en la pasarela sino que están disponibles para retratar a los asistentes al evento. También algunas empresas de cosméticos o perfumes solicitan la colaboración de ilustradores.

           Además, hay un intento de recuperación de la Ilustración de moda a nivel educativo, que se manifiesta en las redes sociales, en LinkedIn o Instagram por ejemplo. Algunos ilustradores e ilustradoras utilizan estas plataformas para anunciar sus cursos online. Para mi fue muy gratificante el curso online del ilustrador Scott W Mason, cuyo contenido resumo en dos vídeos.

           También las redes sociales son un punto de encuentro muy enriquecedor, pues a través de los grupos de Facebook y LinkedIn es posible conocer a ilustradores que trabajaron en otras décadas y ellos pueden compartir su trabajo y experiencias.

Técnicas

            Respecto a las técnicas, para los dibujos del natural, elegir el material con el que trabajamos también es importante. Con un lápiz será más fácil, quizás, crear luces y sombras que con un bolígrafo o rotulador.

           Yo solía dibujar con lápiz, aunque también fui experimentando con otras técnicas, pues necesitaba plasmar con rapidez y de distintas maneras mis ideas. Y en un momento cobraba personalidad la figura, la mujer que representaba. Por supuesto que, si los vestidos fueran a hacerse realidad, aún necesitarían todo un proceso de diseño; proyectar su forma en tres dimensiones, concretar la hechura y dibujar patrones, pensar en cómo abrochar, elegir las telas, etc. Por esto, el dibujo del figurín puede ser tan importante al principio de una creación como en su proceso, e incluso después de haber cosido la prenda.

           Lógicamente, una representación técnica sería necesaria, a nivel de patronaje, para lo cual las nociones de dibujo técnico que podamos tener nos ayudarán a distinguir planos y a unir rectas con curvas. Sobre todo, nos servirá la visión espacial que hayamos desarrollado en mayor o menor medida. Porque no hay que olvidar que lo que representamos no es bidimensional. Tendremos que pensar en intersecciones de figuras poliédricas, que suena complicado pero que se da continuamente en la realidad que nos rodea. 

           Después de ir probando con varios materiales y tipos de papel, diría que la acuarela y el lápiz acuarelable son muy apropiados para la ilustración de moda porque podemos acercarnos a la candidez de las telas, su brillo y su movimiento. Si buscamos detallar su textura, el estampado y su detalle, debemos utilizar pinceles muy finos y quizás por esto, acabados con rotulador pueden ser necesarios.

          El resultado también depende de si nuestro dibujo es un boceto o si pretende ser una ilustración acabada.

          En definitiva, es conveniente elegir la técnica adecuada a nuestro objetivo. Si queremos representar cuero, plástico, tul o seda buscaremos la que más nos ayude a imitar la sensación visual al observar el material.

Estilos

           En cuanto a estilos, en mi opinión, la ilustración de moda no tiene por qué estar ceñida a un estilo demasiado fiel a la realidad. Pero lógicamente esto va a depender del estilo propio del ilustrador o la ilustradora. Pienso que las pequeñas incursiones de quien ilustra, en estilos y técnicas distintos a los habituales, pueden generar nuevas ideas que enriquecen el espectro creativo del artista.

           Un aspecto interesante dentro de la ilustración de moda es que nos permite reflejar tanto la generalidad de las prendas, con pocas líneas, como el detalle en dibujos más elaborados. Incluso podemos fantasear con la imagen y crear realidades imposibles. Sin embargo, cuando se trata del dibujo de complementos, al estar describiendo un objeto, recurro a una representación más fiel de la realidad.

          Además, es en ocasiones atractivo visualmente un fondo, un escenario donde colocar los figurines. Algo así como lo que hace un fotógrafo con los modelos, pero con mayor libertad plástica.

El rincón de mis comienzos

           Aquí muestro algunos dibujos que hice cuando aún no había comenzado mis estudios de Bellas Artes. Solía imaginar de qué tipo de tela estarían hechos mis diseños y hacía anotaciones sobre sus características.

           Pasaron años, una vez acabados mis estudios, cuando comencé a investigar por mi cuenta en la biblioteca del Instituto de la Mediana y Pequeña Industria Valenciana, el IMPIVA. Entre mis ilustradores favoritos se encuentran, Antonio López, Isao Yajima, Jay Hyde Crowford y Dorothy Hood, pero podría nombrar a muchos otros que aún hoy voy descubriendo.

           Dibujar las caras de las modelos pasó a ser necesario antes de imaginar su vestimenta, y realicé muchos bocetos con trazos sencillos pero enérgicos. Unos eran más esquemáticos que otros. Me gustaba darles vida, expresión, y dejaba que el trazo fluyera. 

            Quien practica el dibujo del rostro humano, recuerda las facciones básicas y desde ahí puede simplificar y crear rostros más adaptados al dibujo de figurines.

            El dibujo de la figura humana, conocer su anatomía, es fundamental para poder dibujar un figurín porque existe un cuerpo bajo la prenda. Así que siempre dibujaremos procurando guardar proporciones aunque aquí también quepa la libertad del artista.

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